Adecco ha
revelado un nuevo máximo histórico de envejecimiento en España (118%).
Según ha anunciado la compañía ya se contabilizan 118 mayores de 64 años por
cada 100 menores de 16, lo supone un incremento de 2 puntos porcentuales
con respecto al año pasado. En este contexto, la Fundación Adecco alerta
del peligro que supone la discriminación de los desempleados mayores de 55 años
pues, según Francisco Mesonero, director general de la Fundación, si no se
apuesta por el talento senior "se derrumbará nuestro Estado del
Bienestar".
El Instituto
Nacional de Estadística ha hecho públicos los últimos datos sobre
envejecimiento en nuestro país que, una vez más, reflejan que España ha
vuelto a registrar un máximo histórico de envejecimiento, del 118% o, lo
que es lo mismo, ya se contabilizan 116 mayores de 64 años por cada 100
menores de 16.
Por
Comunidades Autónomas, vuelve a liderar el ranking de envejecimiento Asturias,
con un índice del 210% (210 mayores por cada 100 menores de 16), seguida de Galicia
(192,6%) y Castilla León (190,5%). En el otro lado, Ceuta y Melilla,
Murcia, Andalucía y Baleares son las únicas regiones con una mayor
proporción de jóvenes.
La relación cotizante-pensionista, en mínimos
Es a partir
del año 2000 cuando nuestro país empieza a presentar una mayor proporción
-superior al 100%- de personas senior que de jóvenes y, por tanto, a ser una
sociedad envejecida. El aumento de la esperanza de vida y la disminución de la
tasa de natalidad son los principales causantes de esta realidad, hecho por el
cual se calcula que en 2030 los mayores de 65 supondrán el 30% de la
población, frente al 18% actual.
Estos datos significan,
según informan desde Adecco que, en este momento, cuando empiecen a jubilarse
en masa los babyboomers (nacidos entre 1958 y 1977), unas cohortes
sensiblemente más reducidas deberán soportar el coste de la atención de las
pensiones y sus cuidados socio-sanitarios.
Según
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, “la relación
cotizante-pensionista es actualmente de 2,1, considerándose una ecuación
sostenible a partir de 2,5 contribuyentes por cada jubilado". Y advierte:
"Si continúa esta tendencia, para 2052 se estima que, por cada persona
inactiva, habrá poco más de una persona trabajando, lo que sin duda pone en
peligro la sostenibilidad de nuestro sistema”.
Ante esta
realidad, Mesonero señala que la importancia de "alcanzar acuerdos
de Estado y dedicar un mayor porcentaje del PIB a la familia, impulsar políticas
activas contra la discriminación laboral por razón de edad,
sensibilizar al tejido empresarial para que apueste por la fuerza laboral
senior, y empoderar a los demandantes de empleo de más edad para que
adquieran herramientas clave que les permitan competir en el mercado del siglo
XXI”.
Los seniors y las personas en riesgo de exclusión, más
necesarios que nunca
A la luz de
las cifras expuestas en los apartados anteriores, queda patente la necesidad de
apostar por la fuerza laboral que, hasta el momento, ha sufrido más
discriminación en su acceso al empleo, principalmente los mayores de 55 años
que experimentan exclusión laboral como consecuencia de su edad.
En este
contexto, la Fundación Adecco alerta del peligro que supone la discriminación
de los desempleados mayores de 55 años pues, según Francisco Mesonero, “la
prioridad nacional debe ser implementar mecanismos que permitan a los
mayores participar en el mercado laboral, empezando por las empresas que,
de forma improrrogable, deben cambiar su cultura y hacerla inclusiva para los
seniors”.
Pero además,
existen otros sectores de la población, tradicionalmente más inactivos, que van
a resultar clave para que nuestra economía sea sostenible como las personas
con discapacidad o mujeres con responsabilidades familiares no compartidas.
Las primeras
registran una tasa de actividad de apenas el 36%, lo que significa que un
64% de las que tienen edad laboral no tiene empleo ni lo busca. Las
mujeres, por su parte, continúan con una participación en el mercado inferior a
la de los hombres, con una tasa de actividad del 53% frente al 65%
masculino.
Según
Mesonero “es necesario estimular su incorporación al mercado laboral y
derribar los prejuicios y estereotipos que siguen lastrando su
participación en igualdad de condiciones. No sólo por una cuestión de ética o
justicia social, sino porque nuestra economía necesita de su talento para ser
sostenible en el tiempo”.
La clave: poner en valor la edad
En línea con
la coherencia demográfica, la edad laboral tenderá a incrementarse, para
compensar la falta de relevo generacional. Algo que, según Mesonero, “no hemos
de percibir como un drama, sino como la consecuencia lógica de una nueva
coyuntura económica y biológica".
"Es
necesario -señala Mesonero- renovar la visión que se tiene de un
trabajador senior, haciendo hincapié en la riqueza que supone el intercambio
generacional para cualquier organización". De hecho, en países como Japón
apuestan por contratar septuagenarios, por considerar que tienen una mayor
conciencia del trabajo, un reforzado sentido de la responsabilidad y una mayor
capacidad de esfuerzo, "algo que se complementa muy bien con el espíritu
innovador y la frescura de los jóvenes” apunta el responsable de la Fundación
Adecco.
Por ello,
las empresas, los poderes públicos y la sociedad en general, deberán asumir
otros importantes retos para adaptarse a la fuerza laboral emergente
como:
- Sensibilizar a la sociedad y al
tejido empresarial, acercando los valores de los trabajadores
mayores de 55 años (madurez, experiencia, templanza) y renovando la
visión, a menudo desfavorable, que se tiene de la fuerza laboral más
senior.
- Estimular la incorporación al
mercado de los sectores de la población tradicionalmente más inactivos: personas con discapacidad,
mujeres, etc, para contrarrestar la pérdida de los activos más jóvenes.
- Promover medidas de
conciliación:
horarios flexibles, prestaciones de maternidad y otros subsidios que
garanticen que las familias pueden compatibilizar el empleo con el cuidado
de los suyos.
- Promover políticas que incidan
en un estilo de vida saludable, mejorando la calidad de vida y ayudando a
prevenir enfermedades en las personas de más edad.